viernes, 18 de septiembre de 2009

De regreso

Ahora toca deshacer el camino. Son muchas las horas de barco y se nota que cada vez hay menos gente en las cubiertas. Debe ser que ya tienen sus fotos y no desean pasar más frío. Nosotros en cambio, seguimos admirando maravillados el paisaje, conscientes de que no hay nada igual por nuestra Europa.



Algún trozo más azul destaca entre la barrera de témpanos.



El glaciar hurtado por la naturaleza visto desde lejos.


Formas caprichosas, irrepetibles.



Goteo continuo.



Una familia de rocas que no pretendía viajar tanto.


Y un diamante azul.