viernes, 28 de agosto de 2009

Glaciar Perito Moreno III

Dentro de dos días podré volver por aquí, por las pasarelas, con más calma, porque hoy apenas nos dan una hora y media y eso es muy poco tiempo con tamaña maravilla enfrente. Desde aquí se pueden apreciar sus tres kilómetros de ancho y catorce de los cuarenta que tiene de largo.


Este glaciar es considerado estable, es decir, que pierde la misma cantidad de hielo (en un 70% de su superficie) que la que gana (en el otro 30%). Pasan unos 300 años desde que el hielo se deposita en forma de nieve hasta que alcanza el frontal del glaciar. Sorprendentemente, el ritmo de renovación del hielo es muy rápido.


Estamos atentos a cualquier desprendimiento, rezando para que sea uno espectacular, pero los que se producen son muy pequeños y son difíciles de captar, porque cuando nos llega el sonido es demasiado tarde.. En el centro de esta foto podéis ver uno.


Los arbustos de flores rojas son notros y aquí tienen un tamaño más pequeño comparados con los que vi en Bariloche, pero están cargados de flores.


El azul intenso de algunas zonas del glaciar indica que allí el hielo fue sometido a una mayor presión.



Poco a poco el cielo se ha ido cubriendo de nubes y se espera lluvia para mañana, pero el espectáculo es tan maravilloso que no nos importa.



Un último vistazo antes de volver al autobús.

lunes, 24 de agosto de 2009

Glaciar Perito Moreno II

Seguimos disfrutando con los paisajes del mini-trecking.






El polvo negro es suciedad de la montaña cercana y el agua es más sólida de lo que parece en las fotos. Caminar con crampones es fácil, sólo hay que separar un poco los pies para evitar pisarse uno mismo con ellos y vigilar donde pone uno los pies.



La silueta del glaciar, recortada contra el cielo e iluminada por el sol es espectacular, y el azul intenso del hielo comprimido atrae como el mejor imán. Por desgracia, al comprimir las fotos el balance de blancos se ve alterado y no quedan como los originales.









De vuelta al campo base podemos apreciar la altura de la pared de hielo, de entre 30 y 50 metros.



Y nos embarcamos de nuevo, esta vez para pasar una hora en las pasarelas. Es muy poco tiempo, pero no me importa, porque volveré a hacerlo dentro de un par de días.




Esta excursión, culminada con un vaso de whisky con hielo del glaciar, me dejó un recuerdo imborrable. Es muy fácil y los guías, que son muy simpáticos, están pendientes de todos.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Glaciar Perito Moreno I

He contratado excursiones para los próximos tres días y me dejo libres los dos últimos para explorar esta parte de la Patagonia por mi cuenta, así que un autobús nos va recogiendo de hotel en hotel en El Calafate.

Aunque hoy no conduzco me he estudiado el mapa y sé que me conviene sentarme en el lado izquierdo para tener buenas vistas sobre el Lago Argentino y el glaciar. Sí, hasta ese punto llegan mis manías cuando se trata de viajar.

La impaciencia hace que tire las primeras fotos desde el propio autobús. Ya sabéis que el color del lago se debe a los minerales que arrastran el glaciar y las lluvias. Nuestro guía nos avisa que detrás de la siguiente curva podremos ver el glaciar y nos levantamos todos a una para verlo.




Nos dirigimos a uno de los puertos, porque hoy vamos a cruzar a la otra orilla para hacer un mini-trecking por el glaciar. Más tarde volveremos al autobús para subir a donde están las pasarelas.



Ya las primeras vistas de la inmensa pared de hielo nos impresionan. La parte visible tiene unos cincuenta metros, pero es que bajo el agua hay otros cien, porque el glaciar está apoyado sobre la roca. El frontal tiene entre dos y tres kilómetros de ancho.


Aquí es donde el glaciar choca con la Península de la Magdalena, y donde se provoca la famosa ruptura que hemos podido ver todos por televisión. La última fue en julio de 2008.


Hemos desembarcado, pero la impaciencia nos puede. Nos dividen en varios grupos en función del idioma y dudo si unirme a los británicos, que son menos, pero al final me quedo con unos cuantos argentinos y franceses. También hay un par de españoles con los que enseguida formamos nuestro Al Filo de lo Imposible particular. Espero que los de verdad no se enfaden.



Pero aún nos queda otra parada antes de empezar a caminar. Nos explican lo que es el hielo patagónico sur y la situación del Glaciar Perito Moreno. Aquí se puede observar cómo hace de presa natural. Cuando las aguas del Lago Argentino suben es cuando se produce la ruptura.


Poco a poco nos vamos acercando. La luz es fantástica.



Nos ayudan, menos mal, a ponernos los crampones, unas estructuras metálicas que nos darán más adherencia para caminar sobre el glaciar, y allá que vamos.



La experiencia es fantástica. Si alguna vez tenéis la ocasión de hacerlo no lo dudéis.






Nos acompañan dos guías estupendos que se aseguran de que no metamos la pata en ningún agujero. Este pie es de uno de ellos y marca hasta dónde podemos llegar para hacer la foto.