sábado, 12 de diciembre de 2009

Patagonia III

La tarde avanza, las nubes también y ya tengo encima la tormenta.


Continúo tragando kilómetros, en dirección sur, en un intento desesperado por aprovechar hasta el último instante. Mañana vuelo a B.A. y pasado, de vuelta a España. A pesar de la lluvia, sigo bajando a cada momento para sacar fotos. La cámara echa humo y pide un descanso que no conseguirá.





Ya os dije que estos bichos tienen la mala costumbre de cruzarse cuando menos se espera.



Estas fotos las hice un poco antes y no corresponden al orden cronológico, pero no quería dejar de ponerlas. Es imposible describir en un blog las sensaciones que te invaden allí. La soledad, el espectáculo de una naturaleza virgen, el viento incansable. Las llanuras interminables, y los cielos cargados de nubes…



Mi esperanza es llegar hasta Esperanza, valga la redundancia, donde hay una gasolinera y podré repostar, pero cada vez llueve más, anochece y el asfalto se acaba. No me apetece conducir por una carretera de ripio bajo la lluvia. Al final se impone la prudencia y decido regresar. Mi aventura en la Ruta 40 se ha terminado, pero lejos de sentir tristeza estoy eufórico, pensando en que algún día no muy lejano he de volver.


La carretera asciende un poco y nos ofrece una panorámica de la Patagonia a modo de despedida de esta preciosa región.